miércoles, junio 15, 2011

Si hay un gran desastre, la AngloGold Ashanti puede no responder NO A LA MINA – LA MINA MATA – LA MINA CONTAMINA

by De Cajamarca Tolima Tolima on Tuesday, 14 June 2011 at 20:37

resistencia a cielo abierto

Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate al ministro de Ambiente sobre la mina de oro La Colosa, citado por los senadores Guillermo Alfonso Jaramillo, del Polo Democrático Alternativo, y Mauricio Jaramillo, del Partido Liberal, plenaria del Senado, 8 de junio de 2010.

El ministro de Ambiente nos asegura que no debemos preocuparnos, porque él y el Ministerio estarán vigilantes. La verdad es que la experiencia dice otra cosa, señor ministro. Primero, porque en el caso de El Quimbo, en el Huila, otro proyecto bien discutible de trasnacionales, no ha debido concederse la licencia ambiental, porque allí había una actividad abiertamente ilegal. Y como si fuera poco, ante la petición de la trasnacional de empeorar las condiciones de Colombia en esa licencia ambiental, sabemos ya que las condiciones se empeoraron. El Ministerio volvió a facilitarle las cosas a la trasnacional en contra del interés de los colombianos. Ahí están las protestas de los ciudadanos del Huila en este sentido.

Con respecto al caso que nos ocupa, también es conocido el maltrato del que han sido víctimas en el departamento del Tolima los funcionarios que han hecho esfuerzos porque este atropello de La Colosa no se concrete. No son menos públicas las expresiones del presidente Uribe en contra de la actividad adelantada por la Procuraduría Ambiental del Tolima y la Corporación Autónoma del Tolima. Vemos al propio jefe del Estado presionando de manera atroz a la directora de CorTolima, la doctora Carmen Sofía Bonilla, como también a la Procuraduría, por oponerse a estos atropellos.

La suspensión del área, señor ministro, se dio en condiciones de ilegalidad. Voy a leer lo que al respecto dijo el doctor Diego Alvarado, procurador judicial ambiental del Tolima, advirtiendo que no se debió hacer lo que ustedes hicieron: “La sustracción del área solicitada por la empresa minera no puede concederse, ni siquiera de manera condicionada, –figura inexistente en la legislación colombiana– porque Cortolima, en el Acuerdo 032 de noviembre 9 de 2006 adoptó en su integridad el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica Mayor del río Coello y en el Acuerdo 026 de noviembre 13 de 2007 determinó el uso del suelo para la misma cuenca hidrográfica, dentro de la cual se encuentran los tres títulos mineros de Anglogold S.A., estableciendo como uso prohibido del suelo labores de minería a cielo abierto, en aluviones o simplemente de minería. Por otra parte, el POT de Cajamarca no contempla la actividad minera dentro de la Zona de Reserva Central.” En resumen, lo que hizo el Ministerio fue abiertamente ilegal, así fuera apenas, como lo manifiesta él mismo, una exploración.

Señalemos de otra parte que mientras que a las trasnacionales se las está cubriendo con todo tipo de garantías –y el senador Mauricio Jaramillo ya mencionó aquí que la AngloGold Ashanti detenta 323 concesiones en 125 municipios y que el país está quedando bajo el control de esa trasnacional, con lo que eso significa para la soberanía nacional–, a los pequeños y medianos mineros colombianos se los viene persiguiendo de manera inmisericorde. Mencionemos un caso a manera de ejemplo, la persecución contra los pequeños mineros de los municipios de Suárez, Buenos Aires y Bolívar, en el departamento del Cauca, donde ya han aparecido bandas criminales a asesinar a pequeños y medianos mineros porque están ejerciendo labores de explotación aurífera que entran en contradicción con los insaciables apetitos de la Anglo Gold Ashanti y de las trasnacionales.

Los riesgos ambientales son supremamente grandes. No soy de los que piensen que no puede haber explotación minera en Colombia, pero hay que ver dónde y cómo se hace. Aquí estamos hablando de montar una minería de cielo abierto en un punto que es algo así como un nudo de aguas del departamento del Tolima, una mina que amenaza en materia gravísima el río Coello, el afluente del que se abastece el Distrito de Riego de Usocoello, en El Espinal, el mayor distrito de riego en Colombia. Hay una contradicción entre minería y agua y agricultura, conflicto, por supuesto, de un alcance enorme. Y cuando uno entra en el debate, el gobierno y la trasnacional se limitan siempre a aducir que no se preocupen, que habrá una licencia ambiental que dará todas las garantías. Pero cuando uno les pregunta: y si llega a suceder el desastre, porque es posible, ¿quién responde? Sólo responden hasta los límites de la licencia ambiental, luego no responden. Es decir, si las cosas a la postre resultan como lo hemos previsto quienes estamos preocupados por el asunto y no de acuerdo con las ideas alegres de la trasnacional, que trata de convencernos de lo que sea porque ese es un negocio, si aparece un imprevisto, algo fuera de cálculo, la trasnacional no responde, porque sólo lo hace hasta el punto de la licencia ambiental. Es un asunto sobre el que los colombianos tienen que hacer conciencia. Si casos como el del Golfo de México, en el que está comprometida la British Petroleum, se juzgaran según la legislación colombiana y el suceso se hubiera dado por un imprevisto no considerado en la licencia ambiental, la BP no habría tenido que responder por los daños que están ocurriendo. Es un tema que nos debiera servir de punto de debate, señor ministro. Usted mismo debía estar encabezando la idea de que aquí no puede haber troneras tan grandes en la legislación, de forma tal que en acontecimientos como el que amenazó el acueducto de Cúcuta, que afortunadamente no pasó a mayores, no hubo quien respondiera, porque no se supo muy bien qué fue lo que pasó, si el tubo se reventó o si fue un atentado.

Cuando uno denuncia todos estos riesgos, le replican ahí mismo, senador Robledo, pero es que viene una montaña de dinero por cuenta de estas explotaciones auríferas. Pues bien, les cuento a los colombianos que la regalía, lo que estrictamente se gana la nación, el valor que se le paga a la nación por ser la dueña del yacimiento, es apenas del 4% del valor total del oro. Luego es más negocio sacarlo, transportarlo, procesarlo, intermediarlo. Todo el mundo gana más plata que la nación colombiana. El total de la regalía, repártase como se reparta, es de apenas del 4%. Si uno cruza ese 4% con los descuentos tributarios que se les dan a esas trasnacionales, resulta que les regalamos el oro. Pero el daño ambiental, los daños a nuestros trabajadores, todas las secuelas negativas derivadas de las explotaciones mineras sí le quedan a la nación como un problema que debe resolver.

Señalemos por último que la vida de Colombia nos demuestra que estas explotaciones mineras no sacan a las gentes de la pobreza. Vayan al Chocó, donde hay extracción minera desde hace siglos, vayan a Zaragoza y a El Bagre y encontrarán niveles de pobreza superiores al promedio del departamento de Antioquia. Luego no es cierto que la explotación que se quiere hacer en la zona de Cajamarca vaya a sacar de pobres a los habitantes de esa población. O quién va a responder por el incremento del salario rural que inevitablemente se producirá, acabando de complicarles las cosas a los habitantes de ese municipio del Tolima.

Todo el negocio minero está generando enfermedad holandesa. Ya dijo el Premio Nobel de Economía, señor Stiglitz, cuando estuvo de visita en Bogotá, que la revaluación estaba destruyendo la producción agropecuaria e industrial. ¿Quién va a responder por esa descomunal destrucción de nuestro aparato productivo? ¿Y para qué quieren esos recursos derivados de la explotación minera? Para darse el lujo de poder destruir la industria y el agro y tener con qué importar de Estados Unidos y Europa lo que podríamos estar produciendo en el territorio nacional.

Luego por donde se miren, estamos hablando de proyectos que no contribuyen positivamente al desarrollo del país, sino que enriquecen en este caso a una trasnacional y por supuesto a unos pocos colombianos que en Colombia se ganan comisiones de éxito, como llaman a esos actos de corrupción para hacer este tipo negocios.

* Lo invitamos a escuchar esta intervención haciendo clic en el siguiente vínculo:http://www.moir.org.co/ecrire/upload/congreso/pl_la_colosa_oro_jun_08_10.mp3

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martes, junio 14, 2011

ANGLO GOLD ASHANTI ESTA ROBANDOSE LA TIERRA Y EL AGUA OJO!! LOS VAMOS A DEJAR ?????

en CAJAMARCA TOLIMA

LA ANGLO GOLD ASHANTI

ESTA ROBANDOSE LA TIERRA Y EL AGUA

ACAPARANDO TODO Y DESPLAZANDO A LOS CAMPESINOS

asi como lo hacen en todos los lugares donde van por eso ganaron el premio a la PEOR EMPRESA 2011 POR IRRESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS Y AL MEDIO AMBIENTE

sábado, junio 11, 2011

Más de 12.000 mil personas marcharon contra la megaminería en Tolima


Autor: Comité ambiental en defensa de la vida / El salmón urbano

La majestuosa movilización del pasado 3 de junio contra el proyecto ecocida de la Colosa, fue posible tanto por las acciones y tareas gestadas desde el Comité Ambiental en Defensa de la Vida, como por el trabajo solidario de diversas organizaciones sociales, culturales y ambientales de Ibagué, Cajamarca y Anaime. La convocatoria también fue fruto del compromiso de Usocoello y demás organizaciones del Espinal. Al igual, gracias a la participación solidaria de las comunidades de Marmato, los estudiantes de la Universidad de Caldas, Cauca, Sur de Bogotá y los ciudadanos de Armenía, Circasia, Chaparral, Rovira, Líbano, entre otros.

La marcha Carnaval en Defensa de la Vida y contra el proyecto ecocida de la Colosa, fue una fiesta ambiental en defensa de la vida. Más de 12.000 mil personas juntaron mentes y corazones en defensa del derecho a un ambiente sano para las presentes y futuras generaciones. Derechos vitales que surgen desde las entrañas de la madre tierra y que incluyen la posibilidad de gozar del bienestar que nos brinda la naturaleza, de tener agua pura que beber, alimento sano que consumir y paisajes que disfrutar.

altLa cita era a las 10 de la mañana en las inmediaciones de Cortolima, con el objetivo de evidenciar el respaldo social a la gestión y valentía que ha demostrado la directora de dicha Institución ambiental, en defensa de los intereses de los tolimenses por encima de la avaricia y codicia de las multinacionales mineras.

La marcha multitudinaria llamada por los caminantes “Si a la vida, no a la Colosa”, logró convocar a los comunes y silvestres en las calles de la capital tolimense. “Queremos agua, queremos vivir, Anglogold Ashanti fuera del pais” fue uno de los cánticos más difundidos a lo largo del carnaval ambiental encabezado por diversas organizaciones populares y respaldado por la ciudadanía en general. Al mismo tiempo resume la crisis ambiental que padecen los ciudadanos del mundo por cuenta de las multinacionales que exterminan cualquier posibilidad de vida sobre la faz de la tierra.

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Jóvenes, niños, ancianos, estudiantes, profesores, académicos, funcionarios públicos, trabajadores, campesinos, indígenas, rockeros, todos marcharon en sintonía con los ritmos de la naturaleza y contra el poderío económico de la Anglogold Ashanti (AGA) y la osadía depredadora de los políticos y gobernantes de turno. Marcharon desde las periferias olvidadas, llevando las banderas del agua y la vida, vestidos de carnaval para simbolizar que la fiesta y el palpitar ciudadano están por encima de la mentalidad ecocida, bailando al ritmo de las comparsas populares o cantando los himnos de la resistencia urbana, agitando carteles pintados a mano alzada con mensajes alusivos a la vida, los marchantes gritaron a cielo abierto su desacuerdo social contra la explotación megaminera en La Colosa Tolima.

altTras la movilización del día 3 de junio convocada por los espíritus con sensibilidad social, se les demostró a los secundadores del barbarismo ecológico que la única posibilidad que les queda es irse del país. Muy a pesar de la baja cobertura de los medios de comunicación regional, la movilización ciudadana también demostró que desde distintas miradas, experiencias y posiciones alternativas es posible transitar de la apatía a la indignación generalizada, con el vital objetivo de sincronizar prácticas y discursos sostenibles que aporten en la construcción de una sociedad más solidaria y justiciera, en paz y en sintonía con los ritmos de la naturaleza.

Tolima - Colombia
Comité ambiental en defensa de la vida

http://elsalmonurbano.blogspot.com/2011/06/mas-de-12000-mil-personas-juntaron.html

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viernes, junio 10, 2011

La Colosa, la torta para los extranjeros y las boronas para Colombia FUERA DE AQUI AGA Y SUS INVERSORES NO LOS QUEREMOS POR ESTOS LARES

noalacolosa

Sobre la política minera se han desatado recientemente sendas controversias. En el centro del debate han estado el medio ambiente, las ligerezas y corruptelas en la entrega títulos mineros y el del ejercicio de la minería, que el gobierno llama ilegal, y en su mayor parte es informal. Este debate va más allá de los temas tratados en los medios masivos, puesto que incluye asuntos económicos, sociales, culturales, territoriales y políticos. En los políticos y económicos, como los de mayor relevancia, está la forma que asumen las relaciones con inversionistas extranjeros.

A quienes expresamos una visión crítica con la excesiva hospitalidad que los gobiernos nacionales les ofrecen a las multinacionales, se nos despacha con el cuento de que defendemos la autarquía. Argumento falso y efectista, empleado para ocultar que quienes están en la cúspide del Estado creen, como lo señaló recientemente Juan Manuel Santos, que “si” a los inversionistas extranjeros “les va bien, a Colombia le irá bien.” (Diario ABC de España, May.22.11). Se debe hacer felices a los magnates que vienen desde fuera, pues ellos esparcirán la felicidad por el suelo patrio. Algo similar pensaban los criollos que se oponían a la Revolución de Independencia culminada en 1819.

La consigna de “si a ellos les va bien, a Colombia le irá bien”, se extiende a toda la economía. Como lo explica Eduardo Sarmiento: “En lo esencial, el modelo económico del Gobierno [de Santos] es el mismo que ha venido operando los últimos 20 años. El verdadero motor de la economía es el libre comercio y, en particular, la inversión extrajera.” (El Espectador, Feb.13.11) Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, afirma que la inversión extranjera directa a “menudo sólo florece merced a privilegios especiales arrancados a los Estados. (…) Privilegios [que] con frecuencia son el resultado de la corrupción, del soborno a funcionarios del Gobierno. La inversión extranjera directa solo llega al precio de socavar los procesos democráticos. Esto es particularmente cierto en las inversiones en minería, petróleo y otros recursos naturales, donde los extranjeros tienen un incentivo real para obtener concesiones a precios bajos.”

En relación con la minería, en las dos últimas décadas se han venido dando pasos tendientes a ceder el control estatal sobre la producción minera, que en la práctica significa la caída de la participación del Estado en la renta minera y le deja a la Nación una monumental pérdida económica. Los gobiernos de Gaviria y Samper se dedicaron a reformar la Constitución y el marco jurídico general en beneficio del capital extranjero. En la minería renegociaron contratos de gran minería y conexos disminuyendo el state take, tecnicismo con el que se conoce la participación estatal en la renta minera. El de Samper, además, inició el camino de la privatización de estatales mineras: vendió, a menos precio, Cerromatoso. El de Pastrana –donde Santos, Echeverry y Restrepo fueron ministros y Rodado, jefe de Ecopetrol–, privatizó, también a la barata, a Carbocol y tramitó ante el Congreso el Código de Minas vigente (Ley 685 de 2001). Rodado se queja de la ley de minas vigente. ¿Por qué no dice que ella se hizo en el gobierno de su expatrón?

Uribe Vélez, haciendo lo propio, implementó la Confianza Inversionista, huevito que Santos empolla. Al igual que los anteriores, nunca fiscalizó a las multinacionales de la minería, extendió algunos contratos en la Costa Atlántica y concedió permisos de explotación, sin mirar los pasivos sociales, económicos y ambientales acumulados. Consolidó descaradamente la puerta giratoria de las multinacionales y organismos de crédito internacional al gobierno y de allí, otra vez, a las multinacionales. Una porción representativa de sus exministros figuran hoy como altos funcionarios de multinacionales mineras. Inició una feroz persecución contra los pequeños y medianos mineros, a la que el actual gobierno le da un tinte fascistoide. Erradicar la pequeña y mediana minería colombiana, es la consigna. Tramitó una reforma al Código de Minas financiada por las multinacionales y el gobierno de Canadá, muy interesado en la minería. Razones tendrá Juan Carlos Echeverry para decir: “Lo que me gusta decir es que los españoles descubrieron América hace 500 años y los canadienses descubrieron Colombia hace 10. De lo que estamos muy contentos.” (El Espectador, Mar.27.11)

De la masiva entrega de títulos mineros se queja el ministro Rodado. Habrá que ver quién lo obtuvo ilegalmente y quien legalmente, pero es preciso aclarar que a los mineros tradicionales, desde antes de 2001, consistentemente se les niega el acceso al derecho ganado a lo largo de años de trabajo. Por ejemplo, este gobierno emitió a principios de año un decreto que detuvo los procesos de legalización de minería ordenados por la reforma, los cuales, además, resultan bien difíciles de culminar positivamente. En el pasado, la legalización de mineros fue un chiste, ni el uno por ciento de las solicitudes de legalización fueron aprobadas.

Santos anuncia la locomotora, que más bien parece aplanadora. Aun cuando la gran minería a cielo abierto en La Guajira, Cesar, Magdalena y Córdoba causa inmensas afectaciones ambientales y socioeconómicas y de que voces científicas autorizadas piden una moratoria de la gran minería a cielo abierto en alta montaña, los proyectos de La Colosa, en Cajamarca, Tolima, y el de Marmato, en Caldas, caminan sin que el gobierno les haga ningún reparo. Si el de Santurbán logró detenerse –hay que estar pendientes de que no se les ocurra revivirlo– no fue por la acción de la Casa Nariño, sino más bien, a pesar de la Casa de Nariño. Y de las operaciones financieras montadas sobre los proyectos mineros a gran escala, no se dice ni mu.

Drummond está a punto de venderse a Glencore o a Xstrata, la segunda, subsidiaria de la primera, por 8 mil millones de dólares, una operación que le generaría a la empresa de Alabama una ganancia ocasional por 6 millones de dólares. Al fisco colombiano, de realizarse en el país, le daría ingresos por 2 mil millones, pero la operación se hará seguramente en el extranjero y el gobierno no dice nada. A la Anglogold Ashanti, que hace ganancias con un recurso natural no renovable propiedad de los colombianos, se le permite violar impunemente la legislación nacional. La empresa se embolsilla 383 millones de dólares por cada dólar que sube su acción, pero el gobierno no hace ningún esfuerzo por cobrar impuestos sobre esas ganancias. A ellas ha contribuido también en forma especial el proyecto en el Tolima, por las reservas y las características del yacimiento. Lo que no nos cuesta, volvámoslo fiesta, se podría pensar que es la máxima. Pero en un sistema donde la regla es enriquecerse hasta reventar, sería muy extraño no ver dádivas para quienes facilitan la materialización de estas operaciones. O son bobos o son muy vivos.

Se habla de una bonanza minera o de un auge. ¿Para quién? Diversos estudios muestran que el state take en gran minería oscila entre 5 y 17 por ciento, uno de los más bajos del mundo. Antes de las privatizaciones, oscilaba entre 60 y 70 por ciento, dependiendo del contrato y de la explotación. Aunque en algunas explotaciones, como las de la Drummond y Glencore en el Cesar, siempre ha sido bajísimo. La gran minería se ha desarrollado, además, a costa del desarrollo agrícola e industrial regional y nacional. Hoy nos ataca una enfermedad holandesa que sube los precios del suelo urbano y rural, dificulta el acceso a vivienda digna y entraba aún más el desarrollo agropecuario. A la par, las multinacionales mineras se vienen convirtiendo los nuevos grandes terratenientes. Por ejemplo, Anglogold tiene concesionadas más 800 mil hectáreas en cientos de municipios, un poder económico que se transforma en poder político. ¿De quién serán en adelante los concejos y alcaldías donde planta bandera la multinacional surafricana?

Con razón el señor León Teicher, presidente de El Cerrejón, dice: “Así como el país fue afortunado de tener al presidente Uribe durante tantos años, también lo somos de tener al presidente Santos como gobernante (…) Yo creo que se nos volvió a aparecer la Virgen.” (El Espectador, Sep.08.10) Minería sí, pero no así.

La Colosa, la torta para los extranjeros y las boronas para Colombia

“¡Maldita sed de oro!, ¿Qué no ha compelido a los mortales a hacer?”, escribió Virgilio, el poeta que acompañó al Dante en su periplo por el infierno. En los tiempos del imperio romano, cuando el oro dio sus primeros pasos como fuente de acumulación de riqueza, se acuñó la frase: “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.” En las culturas prehispánicas el uso de este metal estuvo asociado a la adoración y los tributos a las deidades. Para los españoles, en los tiempos del mercantilismo –de la acumulación originaria que sirvió al nacimiento del capitalismo–, encontrar entre los nativos de América el uso extendido del oro fue fuente de sorpresa y de todo tipo de aventuras en la búsqueda de sus yacimientos y poseedores. De allí la leyenda de El Dorado. En la California del siglo XIX sirvió, al igual que el petróleo en Texas, de base para la creación de grandes riquezas. En tiempos recientes, los usos del oro se han ampliado. Además de la joyería, está su función como reserva de riqueza y como medio de cambio. También se encuentran las aplicaciones industriales por sus características físico-químicas. Pero el principal uso del metal es el de reservorio de riqueza y commoditie, es decir, un bien con el que se especula. En tiempos de crisis económica, por ejemplo, los precios del metal aumentan sin cesar.

La explotación del oro se asocia, con razón, a todo tipo de vejámenes. Guerras, opresión, violaciones, masacres, etc., son propias de las fiebres del oro. Hasta 1971, cuando Estados Unidos rompe los acuerdos de Bretton Woods, el sistema monetario internacional lo tuvo como referente. Como expresión de la riqueza que representa, los bancos centrales poseen grandes reservas, cerca del 20 por ciento de las reservas mundiales. La explotación en América, una vez conquistada la Independencia de España, continuó controlada por compañías extranjeras. Las minas de oro ubicadas a lo largo y ancho del territorio colombiano, por ejemplo, nunca han resuelto los hondos problemas socio-económicos de las regiones donde se ubican las vetas. Y en muchos casos, las agravan.

Los impactos ambientales de la minería del oro son inocultables, pero, como resultado de las explotaciones a cielo abierto, han crecido estruendosamente. Colombia apenas entra en esta “moda”, pero Perú, entre otros, tienen vasta experiencia en lo que significan los impactos del establecimiento de minas de estas características. Los conflictos ambientales devienen en conflictos sociales y económicos. La minería del oro tiene como insumo, además de los químicos que emplea durante el proceso de extracción, el agua, lo que da origen a una contradicción entre el uso del líquido para la minería del oro y el derecho a la alimentación de los pobladores que viven en los corredores auríferos.

Este es el caso de Anglogold Ashanti (AGA), que además tiene montada un operación de especulación financiera de gran envergadura. Quien piense en la gran minería como la mera extracción de un recurso, junto con todo lo que conlleva, y no observe el negocio financiero creado sobre sus hombros, incluso con mayores ganancias que las de la extracción, realiza análisis cojos, incompletos. Desde finales del siglo XIX, el capitalismo evolucionó a un sistema donde la fusión entre el capital bancario y el industrial dio origen a un nuevo tipo de capital: el financiero. Este va subordinando cada vez más el devenir de toda la economía y los intereses de sus propietarios someten a los de otros tipos de capital y a quienes no lo poseen.

El valor global de los mercados de derivados financieros es más de 7 veces el PIB mundial. Es lo que algunos economistas llaman la financiarización de la economía. Las empresas e inversionistas, explica Cesar Giraldo, se dedican “más a buscar rentas financieras, que ganancias en el proceso productivo.” La acción de AGA, después que en 2005 alcanzara el máximo histórico (53 dólares), precio al que llegó, no por el volumen de sus reservas, sino por cuenta de los múltiples frentes de exploración, se desplomó a niveles cercanos a los 30 dólares, de donde se ha valorado 15 por ciento, mientras sus reservas lo hacen en 7 por ciento. Si se cuantifica el valor de la compañía con el Ebitda, ella cuesta 13.300 millones de dólares. Su valoración en bolsa es de 17.249 millones de dólares, 4 mil millones más. Se trata de una ganancia financiera en la que no participa la nación, a pesar que se sustenta en oro del que somos los dueños.

Según el Ministerio de Hacienda, del total del PIB que genera el sector minero, el 7 por ciento va a remunerar el trabajo, 92,3 por ciento al capital y 0,7 por ciento al Estado a través del pago de impuestos. Y en relación con los insumos, los tres de mayor demanda en la gran minería del carbón, por ejemplo, son el transporte 35,4 por ciento, los servicios financieros 15,8 por ciento y combustibles 14,1 por ciento. Sobresale el peso ocupado por el sector financiero en la demanda de insumos, que captura mayor renta que el Estado, propietario, salvo unas excepciones, de los recursos naturales no renovables. La remuneración a otros insumos o factores productivos se va subordinando a los intereses del capital financiero, que en una visión macroeconómica obtiene un ascenso “como poder económico y político”, acompañado de una “disminución de la soberanía económica y política de los Estados nacionales.”

Tanto los análisis de Procuraduría Ambiental del Tolima y la Corporación Autónoma del Tolima evidencian la violación de legislación ambiental por parte de AGA, la contradicción entre la legislación de ordenamiento territorial y la minería y los daños ambientales que causaría la explotación de La Colosa. Podría desaparecer el distrito de Usocoello, el mayor de Colombia, llevando a la extinción a cerca del 7 por ciento de la producción de arroz nacional. El precio del arroz por un choque de oferta aumentaría y se impactaría la inflación general de los alimentos, lo que podría obligar al Banco de la República a tomar medidas macroeconómicas. Lo que está en juego no es de poca monta. Lo mejor sería aplicar el principio de precaución y no permitir el desarrollo de este proyecto.

Se sabe que la minería a gran escala es intensa en capital. Luego la generación de empleo es baja y con formas de contratación que tienen en la base la tercerización. El empleo a generar no sería nuevo, provendría de competir con el trabajo de otras actividades, lo que haría crecer el salario urbano y rural, empujando a la ruina o a la crisis a vastas actividades económicas. La riqueza que se le está prometiendo a los tolimenses no es más que una promesa. AGA gasta millones de dólares en la financiación de equipos de fútbol, en publicidad en medios regionales, en fiestas locales, ofrece regalos a la población, etc. Pone su poder y conocimientos al servicio de un proyecto que no les es rentable a tolimenses y colombianos ni económica, ni social, ni cultural, ni ambientalmente. A la mina La Colosa, es mejor decirle ¡No!

domingo, junio 05, 2011

Los páramos están mamados

http://www.elnuevodia.com.co

Los páramos son ecosistemas entregados, desde los orígenes, exclusivamente al trópico latinoamericano: por ello se afirma que son formaciones endémicas, esta es única, en el planeta, complejísimas, delicadas, protectoras de la vida en todas sus formas.

Los indígenas nos enseñaron sobre su uso, que siempre fue destinado a comunicarse con los dioses: eran sitios de recogimiento, de armonía y entrega entre los hombres. Nunca dedicaron los páramos, sitios intocables, a labores en contra de la naturaleza: no a la pesca, no a la caza, no a las quemas, no a la ganadería, no a los cultivos, no a la minería, solamente al culto integrado con la naturaleza.

Territorio de los dioses
Tenemos que meter, aunque sea a la brava, el principio sagrado “que el agua que hoy les llega hasta el cuello a los costeños del Atlántico, a los cachacos de la sabana de Bogotá, al Magdalena medio, a los tolimenses de Anaime… toda esa agua fabricada  biológicamente en los páramos, que si hoy está en desequilibrio es culpa del abuso económico globalizado de los humanos, y del manejo aberrado que hoy hacemos de estos sitios, que como las iglesias, son sagrados”.
No habrá diques que contengan las inundaciones, no alcanzarán los billones para reparar los daños, ninguna Alcaldía podría prevenirlos, las plegarias del Ideam desinformando que es ‘La Niña’, o sea la naturaleza, y no insiste en que el problema radica en las talas despiadadas, el uso indiscriminado de químicos, los montones de dinamita que derriban montañas sagradas, sembrando la muerte, ni menciona el exceso de bovinos que compactan el suelo, el individualismo, la codicia  y la competitividad… locuras que no aprendimos ni las inventamos los humanos, sino que dependen del desarrollo económico acelerado que nos obliga a pensar en una Gran Retirada, como la pregona Lovelock  en su libro la Venganza de la Tierra…  No bastarán los remiendos, será el comienzo de la derrota ambiental.

Una locomotora diferente
El dueño de las locomotoras debe, en el menor tiempo posible, -con berraquera-, atar todos los páramos colombianos a una de esas máquinas de tracción –locomotora- para convertirlos, de una vez por todas, sin reversa, en Parques Naturales Regionales y decretarlos al servicio del pueblo colombiano, especialmente pensando en los niños de hoy.

Y gritan los páramos
Nosotros, humildes pasajeros de Gaia, queremos entender este grito del páramo de Anaime, como un anuncio de que las providencias se están agotando, de la posibilidad del comienzo de una última venganza de los frailejones en contra de la desobediencia humana.
Recordemos que el primer grito de venganza de Gaia fue contra Federmann y sus invasores mercenarios, cuando se equivocaron de ecosistemas y los confundieron con los montes espinosos xerofíticos de Europa.

Con Adán Izquierdo
En otros tiempos, en los páramos del Tolima, le hicimos llegar una razón a Adán Izquierdo sobre el cuidado de estas fábricas de agua, e insistíamos en la necesidad de salvar a los osos de anteojos, evitar la tala de frailejones, las quemas, la pesca con dinamita… sobre la necesidad de conservar los páramos… En otra subida, arriba de Anaime, encontramos un letrero, escrito sobre la madera y como a la carrera, que informaba:
“Se prohíbe la caza, la pesca, la tala y las quemas en este páramo, multa de $200.000. La primera vez”.

Con los días contados
Es que ahora, a diferencia del pasado, los problemas son terminales, son berracos, estamos atrapados en un círculo vicioso de repercusión instantánea… se acabó el tiempo bueno… ahora lo que pasa en un sitio como los páramos, afecta rápidamente lo que pasa en otros lugares, pero con mayor impacto. Somos peligrosamente ignorantes de nuestra propia ignorancia y pocas veces conseguimos tener una perspectiva integral de lo que sucede.
“Hoy, en este momento climático, todo lo que ocurre con el agua de las ciudades lo hemos iniciado nosotros con el maltrato ignorante al ciclo precioso y complejo del agua a partir de los páramos. Tenemos que introducirnos a su conocimiento… es una invitación a firmar la paz con toda el agua del planeta en que vivimos”.

En los páramos de Anaime
Anaime es realmente la puerta al Cañón del río Anime, con una sucesión biológica tan especial que fue creando ecosistemas muy especiales en biodiversidad y endemismos, entre los cuales sobresalen los páramos y los bosques de palmas de cera.
El Tolima tiene dos cordones de páramos en las cimas de las cordilleras Central y Oriental, jalonados por volcanes nevados con nieve a los cinco mil 200 metros y con altitudes conocidas como “La Línea”, cuando se cruzan con carreteras y caminos, muchas con pendientes escarpadas y otras con planicies y ecosistemas de páramos que generalmente reciben el nombre de valles, y funcionan como verdaderos “centros de concentración hídrica” en donde se condensa y precipita la neblina, se almacena en profundos suelos orgánicos y brotan innumerables quebradas que van a formar importantes ríos en Tolima y Quindío.
Estos páramos bajos o subpáramos tienen una ecología más autónoma que los localizados en las paredes de los nevados, que dependen de una nieve que está desapareciendo; con menos capacidad de retención de agua; suelos agarrados de la pendiente; son más fáciles de conservar y tienen un sistema de tenencia de la tierra formado por medianos y grandes propietarios, sin minifundistas, lo cual facilita programas de incentivos por sus servicios ambientales.

viernes, junio 03, 2011

4 JUNIO 2011 EN LONDRES THEY SHAL NOT PASS!! – NO PASARÁN!! ANGLO GOLD ASHANTI (PEOR EMPRESA DEL MUNDO 2011 DERECHOS HUMANOS Y AMBIENTALES) = LA COLOSA - CAJAMARCA

GOLD

Entre los oradores figuran Alexander Martínez Rivilla de la Universidad del Tolima, Colombia, y Alejandro Pulido, ex integrante de CENSAT (Amigos de la Tierra Colombia).
AngloGold Ashanti es la compañía tiene el potencial de que generan el mayor número de conflictos sociales, ambientales y políticos en Colombia. Tiene alrededor de 800.000 hectáreas de derechos mineros por un período de treinta años en 20 departamentos.

 

They Shall Not Pass! LA COLOSA GOLD MINE in CAJAMARCA, TOLIMA, COLOMBIA

Conference: Saturday, 4 June 10am – 5pm

Hodge Jones and Allen LLP,  180 North Gower Street, London NW1 2NB.

Speakers include Alexander Martínez Rivillas from the University of Tolima, Colombia, and Alejo Pulido, formerly of CENSAT (Friends of the Earth Colombia).

AngloGold Ashanti is the company that has the potential to generate the highest number of social, environmental and political conflicts in Colombia. It has about 800 000 hectares of mining rights for a thirty year period in 20 departments.

For more details of this event, see http://www.colombiasolidarity.org.uk/events/26-upcoming-events/538-they-shall-not-pass-la-colosa-gold-mine.

 

 

Tags: Anglo Gold Ashanti, AngloGold Ashanti, Colombia, Colombia Solidarity Campaign, Gold