La compañía minera sigue a la espera de obtener los permisos ambientales en el Tolima para avanzar
Si el proyecto de oro La Colosa, ubicado en límites entre Tolima y Quindío, no hubiese presentado dificultades en la obtención de los permisos de operación, ya se hubiera podido terminar la fase exploratoria y hoy se tendrían los elementos de juicio para tomar decisiones sobre su futuro.
Así lo sostiene el presidente de Anglogold Ashanti para Colombia, Rafael Herz, cuya compañía pretende sacar adelante la exploración y posterior producción del yacimiento.
Cifras preliminares hacen referencia a que hay 12,3 millones de onzas de recurso inferido. La empresa aún está a la espera de los permisos ambientales para avanzar con las actividades exploratorias, un proceso que sigue en marcha, pero a paso lento.
¿Cuántas veces les ha tocado correr el cronograma por cuenta de la espera?
Muchas, ya perdimos la cuenta y creo que lo triste de correr el cronograma es que esta fase de información no sólo es para la empresa, sino para el Gobierno Nacional y las autoridades. Si este proyecto no hubiese tenido todos los obstáculos, se hubiera podido terminar la fase exploratoria hoy y ya se tendrían los elementos de juicio para las decisiones sobre su futuro. En vez de eso, hemos aplazado todo el tema en más de dos años y seguimos con un alto grado de incertidumbre que no le conviene a nadie.
¿Cuáles son las expectativas en materia de producción?
Si los indicios preliminares se comprueban en la fase exploratoria, sería un proyecto de altos beneficios para el país y la región. Lo que el inicio de esta fase ha dado es una comprobación de que el potencial de este proyecto es importante. En este momento se está hablando de 12,3 millones de onzas de recurso inferido, pero son cifras preliminares.
¿Siguen a la espera de la respuesta de la autoridad ambiental del Tolima?
Nosotros la seguimos esperando. Hemos iniciado una exploración limitada con base en los permisos otorgados por el Ministerio, pero no tenemos permiso para el uso de aguas en la zona, entonces lo que venimos haciendo es utilizar agua transportada desde otro sitio. Eso nos sorprende en el sentido de que la cantidad de agua que se utiliza en la fase exploratoria es mínima. Obtener una concesión de agua y la aprobación de los planes de obra civil para la respectiva toma no debería estar causando toda esta discusión, porque, repito, en la fase exploratoria el uso es mínimo.
¿Han dejado quieta esa etapa de exploración?
No. Hemos continuado con una exploración limitada, con dificultades y con altos costos porque nos toca traer el agua, bombearla hacia el sitio, pero no hemos parado porque queremos seguir con el desarrollo de esta fase.
¿En qué consiste esa etapa?
Es una fase de conocimiento, es saber qué mineral hay, cuánto, en qué condiciones se podría producir, para cuándo, qué impactos ambientales tendrían diferentes métodos de producción y cómo se compensan para que su impacto neto sea positivo.
¿Qué viene después?
Tendremos que pasar a una fase de licenciamiento donde la autoridad nacional, local, regional y la comunidad deciden si este proyecto sigue adelante o no. Lo que el inversionista nacional o extranjero reconoce es la necesidad de una discusión amplia alrededor de una licencia ambiental para la fase productiva. Sin embargo, que a un proyecto de esta magnitud no se le permita explorar para tener las bases de decisión es un asunto difícil de explicar y no se conjuga con el tema de locomotora minera. 12,3 millones de onzas tendría la mina de oro la Coloza, localizada en límite entre Tolima y Quindío.
¿Cuál es la percepción de los inversionistas?
Los inversionistas y esta empresa siguen apostándole a este proyecto, están comprometidos porque a pesar de ser este un país con dificultades, las condiciones han mejorado de manera sustancial, no sólo en el tema de seguridad. De ninguna manera, la situación nuestra significa que dejemos de apostar en Colombia, para nada, esta compa- ñía está comprometida y va a seguir trabajando en ese sentido. Lo que quisiera la empresa es que en esta fase explora- toria se pudiera conti- nuar de una manera consistente, fluida, para luego ya tomar decisiones, tanto por parte del Estado como por la comunidad y la empresa.
La mina tiene agua, pero no permiso para usarla
La compañía surafricana Anglogold Ashanti ya cuenta con los permisos de las autoridades nacionales para la fase exploratoria de La Colosa, en jurisdicción del municipio de Cajamarca (Tolima).
Esta etapa requiere el uso de agua, para lo cual pidió autorización a la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima.
El aval le fue negado por el desabastecimiento del líquido en la región a causa del fenómeno de ‘El Niño’, sin embargo, a la fecha y en plena época de lluvias, a la empresa aún no le han dado una respuesta afirmativa.
“Es un tema que tiene que ver con la consistencia y la congruencia del Estado como un todo, entre la decisión que se hace en el contexto nacional y los permisos que se requieren en el ámbito regional. Muchas veces lo que implica es que se presenten demoras importantes”, manifiesta el presidente de Anglogold en el país, Rafael Herz. Sobre ese particular aún no hay decisiones definitivas.
Discusiones controvertidas en materia ambiental
Para el presidente de Anglogold Ashanti, Rafael Herz, la ley de Reserva Forestal debe limitarse, ser concreta, específica y no puede abarcar el 50 por ciento del territorio nacional. “En su definición tiene que conjugarse con otros intereses económicos, incluyendo el tema minero”, dice el directivo.
La norma tiene una incidencia particular en el proyecto de La Colosa, pero el presidente de la compañía sostiene que desde el punto de vista técnico no tiene sentido que se requiera sustracción para la fase exploratoria. “Hay que respetar la ley, pero entonces reglamentémosla de tal manera que los tiempos y los costos de la sustracción se conjuguen con los tiempos y los costos de una fase exploratoria. No se puede exigir a una empresa que haga el mismo estudio ambiental para la fase exploratoria que para una fase productiva a”, puntualiza.
Por: josueparra
Lunes, Diciembre 13, 2010 - 08:47
En los sectores de la economía colombiana se espera una mayor contratación laboral para el primer trimestre de 2011. La más alta expectativa neta de empleo es de 16%, y corresponde al sector de minería y construcción... Fuente: Vanguardia En Chile pasa lo siguiente: La minería, el mayor sector exportador y el que aporta más impuestos al Fisco, también es el que muestra una mayor productividad por trabaj...ador. Supera a empresas del sector financiero, retail, industrial, vitivinícola y servicios básicos (electricidad, agua). -sobre la base de información pública de las empresas-, y que se aplicó al mismo tiempo en 122 países del mundo, la industria minera muestra los mejores índices de productividad laboral en Chile y sobre sus pares internacionales que están en EEUU, España, Gran Bretaña y Colombia. Solidez económica, educación con muy buen nivel etc etc etc. Acá en cambio seguimos poniendo obstaculos a las propuestas de desarrollo.
6.
Por: JorgeSaba
Domingo, Diciembre 12, 2010 - 21:09
ECOFASCISMO por Jorge Orduna Es hora de preguntarse por el verdadero carácter del movimiento ecologista. De dónde viene y adónde va. Aunque comprender la realidad de las instituciones ambientalistas sea un asunto complejo. La imagen que se tiene de World Wide Foundation, la del inocente y encantador osito panda, o Greenpeace no ayuda a despejar el panorama. Gente joven, altruista, libre, que defiende las maravillas naturales de la creación, lucha cual pequeño David contra ese Goliat que es tan fácil odiar: la máquina despiadada de un progreso que no repara en destrucción alguna con tal de satisfacer la codicia, las ansias de poder y la ambición humana. “Cuando alguien invierte muchos recursos en promover una imagen de sí mismo desequilibra la balanza de la realidad de tal forma que volver a nivelarla nos exige exceder el peso del platillo negado, oculto o simplemente no promovido”, plantea el periodista Jorge Orduna en el polémico ensayo Ecofascismo, recientemente publicado por el sello Martínez Roca. El autor se encarga de desenmascarar esa maraña de personalidades, instituciones, empresas y hasta gobiernos que conforman el entramado actual del ecologismo internacional. En el sensiblero relato ambiental, teñido por un exceso de corrección política –cómo no estar a favor de las ballenas y de la foca bebé, cómo no oponerse a la energía atómica o a las impías quillas de la flota pesquera–, se omite la genealogía con la eugenesia, tan asociada al nazismo, que estudia los métodos científicos para mejorar la raza humana a través del control de su reproducción. La expresión eugenesia, que significa “buen nacimiento”, fue creada por un primo de Darwin, Francis Galton, uno de los impulsores de este movimiento intelectual “que toma principios de los descubrimientos de Darwin sobre la evolución y peregrinas ideas de Malthus sobre la población, para desembocar en lo que luego se calificó como darwinismo social e higiene racial, por unos, y racismo a secas por otros”, advierte Orduna. El acento de Orduna, que actualmente reside en Los Zorzales, en las afueras de la ciudad de Mendoza, es producto de la mezcolanza de tonalidades que fue adquiriendo de los distintos lugares donde vivió. Después que lo expulsaran de Chile, donde estuvo quince días escondido en un sótano en el comienzo de la dictadura pinochetista, se fue a Francia, pero también vivió en Ecuador y en Bolivia. “Nunca estuve quieto en esos lugares, me siento como un gitano”, aclara a Página/12. A través del caso testigo, las Islas Galápagos, en Ecofascismo –que bien podría haberse titulado “Econazismo”, por el capítulo en el que analiza cómo la legislación alemana se mostraba mucho más sensible con los animales que con las personas–, Orduna dice que quiere demostrar “adónde puede ir a parar la promoción de una cultura ecologista sin ningún tipo de cortapisas, sin ninguna barrera impuesta por los sectores científicos nacionales en función de los intereses reales de cada país”. El periodista y ensayista cuenta que hay tanta disparidad social en los países latinoamericanos que “se tiende a subestimar la capacidad de la juventud” para detectar el revés de la trama ecologista. “En los medios de comunicación es frecuente que aparezca un Frente de Liberación Animal, copiado como muchas otras cosas de los países desa-rrollados, con una campaña lacrimógena a favor de la chinchilla, cuando cualquiera que camine un poco, incluso por las zonas más ricas de Buenos Aires, se va a dar cuenta de que la chinchilla no es necesariamente un producto de gran consumo”, sugiere Orduna. “Uno tendería a creer que la juventud asimila fácilmente cualquier tipo de política fundamentalista en lo ecológico, pero creo que hay una sospecha de que algo no encuadra muy bien con nuestra realidad; que hay unas prioridades sino invertidas por lo menos alteradas en base al apoyo mediático que recibe ‘la maravilla del mundo natural’ en los canales de cable.” Con ánimo de ahondar en las paradojas, el periodista recuerda que en una entrevista que le hizo a la presidenta de la Asociación Argentina de Lucha contra el Chagas, ella le comentó que no consiguió organizar un concierto a beneficio. “Incluso algunos artistas que son tenidos como muy progresistas la trataron con malos modos. Claro, me dijo ella, quieren verse asociados con animales que son sinónimo de belleza o de magnificencia y no con bichos que son símbolo de la pobreza y de la mugre. Los subdesarrollados se ocupan del mal de Chagas; yo salvo a las ballenas porque es más prestigioso y mediático”, ironiza Orduna. “Hay un temor muy grande a contradecir el discurso políticamente correcto que viene de las organizaciones internacionales. La Argentina es muy poco crítica respecto de las Naciones Unidas; parecería que fuera el Olimpo adonde llega gente absolutamente impoluta y ajena a las influencias, y no es así –explica el periodista–. Como existe una actitud sumisa, se terminan firmando tratados internacionales, pactos y protocolos que van generando concesiones. Los sectores más radicalizados de derecha en el mundo industrializado apuntan claramente a establecer los problemas ecológicos por encima de las soberanías nacionales. La lógica que nadie puede negar es la falta de control sobre la explotación de los propios recursos: el mar, la minería, la agricultura.” El progresismo latinoamericano no es ajeno a este temor de contradecir la ideología de los verdes. “Las nuevas formas de dominación estarían desbordando al progresismo latinoamericano por izquierda, cuando el progresismo espera su oposición en la derecha. Lo que está sucediendo consiste en la promoción de causas nobles, como las ecológicas, impulsadas de manera reaccionaria”, afirma Orduna. –Usted señala que Greenpeace es una gran generadora de mitos. ¿El libro puede contribuir a desterrar algunos de esos mitos? –Hay un factor tremendamente poderoso detrás de Greenpeace. No creo que un libro sirva para desmontar un mito. Cuando uno está esperando el subte, ve en la pantalla los saltitos de la ballena. No creo que esta tendencia vaya a cambiar, quizá pueda haber más reticencia de los gobiernos, que empiezan a darse cuenta de que vamos a pagar las consecuencias por los compromisos internacionales que se contraen respecto de los temas ecológicos. En el caso de Galápagos se ve muy clarito porque está al borde de perder el control. Ecuador no puede hacer nada porque Galápagos tiene un valor biológico tan importante para la humanidad que las organizaciones internacionales han decidido que la isla no pueda ser considerada bajo soberanía nacional. Con el aire está pasando lo mismo, con el agua también. Plantear el tema del agua en la Argentina es muy interesante. El agua argentina es de nosotros, pero las organizaciones ecologistas esgrimen que son patrimonios internacionales, son problemas de la humanidad. En el lenguaje, estas organizaciones han incorporado el derecho que siempre sintieron sobre los recursos del tercer mundo. El ecologismo es el nuevo colonialismo del siglo XXI. Como junto a los recursos están asociados los problemas de población y de desarrollo humano, la cuestión es verdaderamente preocupante. De ahí el título de Ecofascismo, por el carácter antidemocrático de las políticas del Primer Mundo que propagan el control poblacional en nuestros países. –¿La chomba verde es para que no lo acusen de antiecologista? –No, es que me quedan dos mudas presentables para las fotos (risas).
5.
Por: JorgeSaba
Domingo, Diciembre 12, 2010 - 20:57
La mineria es un actor de primera importancia en el desarrollo de un pais que tiene innumerables recursos como Colombia. Todos los que se oponen a la mineria con el trasnochado discurso marxista de las "trans nacionales"solo manifiestan su supina ignorancia. ¿Han levantado su voz para esos contaminadores mayores que son los agricultores y ganaderos? ¿levantan su voz para pedir el acceso universal de los Colombianos al agua potable? ¿levantan su voz para denunciar a todos aquellos que pagan sueldos de esclavitud y no pagan las prestaciones sociales? ¿levantan su voz para pedir a las autoridades eficiencia y eficacia en su accionar? ¿sabra este Tranquis mental que tambien hay empresas colombianas en el exterior? La mineria esta presente en todos los aspectos de la vida diaria de Tranquis: medicina, farmaceutica, odontologia, oftalmologia, automoviles, construccion de casas, celulares y hasta en las manos de Tranquis desde el dia que se casó... Seguro que Tranquis quiere que sigamos siendo un pais sub desarrollado que criando vacas y exportando fruta barata podrá comprar tecnologia cara....
Por: beniquin
Viernes, Diciembre 10, 2010 - 20:31
LA MEGAMINERÍA A CIELO ABIERTO : CRIMEN DE LESA HUMANIDAD. En Colombia -con un desprecio total por el país y sus habitantes-, su gran biodiversidad está siendo criminalmente sacrificada por el Estado mediante contratos leoninos de megaexplotación minera a favor de las empresas multinacionales de la sinarquía internacional. La empresa que posee el mayor número de hectáreas para la exploración concesionados en Colombia es la multinacional AngloGold Ashanti, AGA, que desde 2003 ha explorado 11 millones de hectáreas siendo su proyecto más importante el de la explotación a cielo abierto de la mina de oro La Colosa, en el municipio de Cajamarca departamento del Tolima, que se encuentra dentro de la Zona de Reserva Forestal Central. Artículo completo en www.dianaduquegomez.blogspot.com
Por: josueparra
Viernes, Diciembre 10, 2010 - 12:00
Las autoridades 'competentes' no entienden todavía el tema de las fases de la Minería. Es un acto irresponsable por parte de las autoridades locales demorar tramites cuando se está hablando de inversiones importante de dinero para la economía del país. Ya estudios de crecimiento y empleo por el DANE nos han mostrado que la tendencia en alta del empleo se debe a la Minería Responsable.
Por: MeDueleLaPatria
Viernes, Diciembre 10, 2010 - 10:59
Todo en la vida tiene dos caras como la moneda. Vean estos videos para que tengan una opinion mas informada respecto a las implicaciones que tendria la explotacion de esta mina: http://www.youtube.com/watch?v=EcIfH3jhNtw&feature=related http://www.youtube.com/watch?v=DUEBwpd62-I&feature=related
Por: tranquis
Viernes, Diciembre 10, 2010 - 09:23
Me gustaría que Portafolio publicara un artículo claro y con cifras sobre los beneficios reales para el país de estas concesiones. En Santander, Grteystar pretende explotar oro en zonas de páramo; e insiste en la inocuidad de los daños ambientales. Pero aparte de todo este lío, me gustaría saber cómo va el páís en esa inversión. Me pareció escuchar que lo único que nos queda es el 4% de regalías. No hay participación directa en el negocio?. ¿Todo es para los extranjeros?. ¿Así es como se pacta en todos los países? La impresdión que tengo, es que, apartando los problemas ambientales, de todas maneras la explotación como tal no le deja nada al país. Todo el oro que se saque es para ellos. ¿Nos podrían orientar un poco? O Algún forista que me ilustre